El virus de la gripe tiene la capacidad de sufrir cada año cambios en su estructura, y por eso, la vacuna es diferente y tiene que adaptarse a las características del nuevo virus, lo que conlleva a tener que vacunarnos todos los años.
La vacunación anual frente a la gripe es la medida más efectiva para prevenir la infección por el virus, así como sus complicaciones.
La campaña va dirigida fundamentalmente a proteger a personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer la gripe, y a las que pueden transmitir la enfermedad a esas personas de alto riesgo.
Fecha inicio: 14 de octubre de 2019.
Fecha finalización: 27 de diciembre de 2019.
El personal sanitario de los centros sanitarios públicos y de los hospitales de titularidad privada se puede vacunar a partir del 7 de octubre (para evitar el riesgo de transmisión de gripe a pacientes, especialmente a los más susceptibles de padecer complicaciones).
En los centros de salud, solicitando cita previa de la manera habitual (teléfono, internet, …) o bien en su centro médico de referencia (si no pertenece a la red del Servizo Galego de Saúde), en las fechas indicadas.
- Enfermedades del sistema cardiovascular.
- Enfermedades respiratorias (incluida asma, displasia broncopulmonar, fibrosis quística, …).
- Enfermedades neurológicas.
- Personas con diabetes mellitus.
- Personas con obesidad mórbida.
- Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico.
- Hemoglobinopatías e anemias.
- Personas con trastornos de la coagulación.
- Hemofilia y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples.
- Asplenia o disfunción esplénica.
- Enfermedades hepáticas crónicas, incluyendo alcoholismo crónico.
- Enfermedades neuromusculares graves.
- Pacientes con inmunosupresión (incluyendo inmunodeficiencias primarias y la causada por el VIH, por fármacos – incluyendo tratamiento con eculizumab- en receptores de transplantes y déficit de complemento).
- Cáncer y hemopatías malignas.
- Trastornos y enfermedades que implican disfunción cognitiva (síndrome de Down, parálisis cerebral, demencias…).
- Pacientes portadores de implantes cocleares o en espera.
- Personas con fístulas de LCR.
- Enfermedad celíaca.
- Enfermedad inflamatoria crónica.
En estos grupos se hace especial hincapié en personas que necesiten seguimiento médico periódico u hospitalizaciones en el año previo.
Personas que desarrollan trabajos esenciales para la comunidad (fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, bomberos, protección civil, emergencias sanitarias, trabajadores de instituciones penitenciarias y otros centros de internamientos por resolución judicial (centros de acogida de inmigrantes...).
Trabajadores expuestos directamente a aves domésticas o cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también a las aves silvestres.
No, porque su composición contiene sólo virus fraccionados o antígenos de superficie inactivados, por lo que no pueden causar la gripe.
Los efectos adversos son poco frecuentes y, cuando aparecen, suelen ser locales y auto limitados:
Con muy poca frecuencia pueden aparecer reacciones inmediatas (presumiblemente alérgicas), que se manifiestan como angioedema, asma o anafilaxia. Probablemente, estas reacciones se producen por hipersensibilidad a algún componente de la vacuna.
- Si se produjo algún antecedente de reacción anafiláctica en la administración de dosis previas.
- En caso de enfermedad febril severa y concurrente, la vacunación se deberá retrasar hasta que remitan los síntomas.
- Personas que no sean de alto riesgo y que padezcan el Síndrome de Guillain-Barré (SGB) en las seis semanas posteriores a una dosis previa de vacuna antigripal.
- En personas con trastornos de la coagulación o en tratamientos anticoagulantes se pueden producir hematomas en el lugar de inyección. Esto no contraindica la vacunación.
La gripe es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias. Los síntomas de la gripe pueden empezar con fiebre y escalofríos, acompañados de dolor de cabeza, congestión nasal, dolor de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito y tos seca. También pueden aparecer síntomas gastrointestinales, como vómitos o diarrea.
Aunque la mayoría de las personas se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de un tratamiento médico específico, existen grupos de población en los que la gripe puede ser grave por complicaciones generalmente provocadas por infecciones bacterianas.
El mecanismo principal de transmisión de la gripe es a través del contacto cercano con las personas infectadas al toser o al estornudar. También es posible la transmisión por contacto, a través de las superficies o de las manos contaminadas con secreciones respiratorias.
El periodo de transmisibilidad abarca desde 24 hasta 48 horas antes de que los síntomas comiencen y hasta 5 días después del inicio de los síntomas. Sin embargo, los niños, los ancianos y las personas inmunodeprimidas pueden ser contagiosos durante más tiempo, hasta 7-10 días después.
El tratamiento de la mayoría de los casos de gripe es sintomático, centrado principalmente en reducir la fiebre y aliviar los síntomas. En determinadas situaciones (personas hospitalizadas o con un gran riesgo de presentar complicaciones), la gripe se puede tratar con antivirales que se deben administrar precozmente, en las primeras 48 horas tras la infección.
Puede consultarse más información en: https://gripe.sergas.es/