Charo cumple 100 años

Cumplir un siglo de vida no es algo habitual. Tampoco sumar más de tres décadas a pie del mostrador en la farmacia. Sagrario González de Lema Pérez es hija del que fue farmacéutico de San San Sadurniño. Ella dice que nació en la botica, y es que desde bien pequeña su vida estuvo muy ligada a esta profesión sanitaria.

La antigua facultad de Fonseca la vio pasar por sus aulas en la década de los años 40, en plena posguerra. Con una memoria de hierro y firme voz recuerda que le parecieron unos estudios muy difíciles. Entre risas recuerda anécdotas de Aniceto Charro, y asegura que aunque viva 200 años no se le olvidarán algunas cosas, como la valoración del agua oxigenada.

 

Sagrario, a la que todos conocen como Charo, cuenta que uno de los veranos lo pasó estudiando Botánica, porque le quedó para septiembre. Familia, género, especie... a sus cien años aún es capaz de recitar de memoria y en latín varias clasificaciones botánicas.

 

Cuando terminó la carrera abrió la farmacia de Cuesta de la Tapia (O Temple, Cambre). Poco después su vida tomó otros derroteros y se trasladó a Cee con el que fue su marido, haciéndose cargo de la farmacia Madriñán.

 

El trabajo en las boticas entonces era bien diferente. Algunas fórmulas las aprendió con su padre, y como una de las más laboriosas recuerda la elaboración de pomadas como la mercurial, que había que trabajar con calma aunque, se quejaba entre risas, de que “el mercurio no acababa nunca de desaparecer del todo”.

 

Dicen quienes la cuidan que tiene muy buena salud y que a sus cien años, apenas se queja de ningún dolor o achaque. Responsables del Colegio decidieron ayer celebrar con esta colegiada la importante cifra.

 

Marga Muñoz, vicepresidenta, y Carlos Varela, vocal de Oficinas de Farmacia, le llevaron en nombre del colectivo unas flores y aprovecharon para recordar con ella algunas anécdotas y vivencias que sin duda, muchos, habréis escuchado alguna vez.